Con pocos ánimos me veo en el deber, por no decir obligación, de escribir la crónica de nuestro esperado debut en la MaxiLiga 2014. Antes de seguir es de recibo felicitar a nuestros contrincantes, el equipo de Maristas Sevilla (también debutantes, por cierto), quienes tras una primera derrota en un amistoso hace dos meses, tomaron buena nota y plantearon un partido perfecto (o cuanto menos muy bueno) tanto en ataque como en defensa que nos desarboló haciéndonos perder por un sonrojante 72-41.
Antes de seguir, dejo los parciales (21-10, 13-14, 18-11, 20-6) y la anotación,
Oscar (-), Miguel (4), Gus (10), Juanma (15) y Adrián (4) luego Juan (8), Pedro (-), Alejandro** (-), Amadeo (-), Scott (-), Diego (-) e Isra* (DNP)
* Aspecto a corregir, Isra no jugó un solo minuto y eso no está bien.
** Al poco de salir sufrió un fuerte golpe en un costado y tuvo que abandonar el partido. Pasó por urgencias y, afortunadamente, no hay nada “averiado”.
Por resumir lo que pasó tan aciaga noche podría remitir a los lectores a la crónica de nuestro anterior partido (amistoso), donde perdimos de manera similar. Se echa mucho de menos la figura de un entrenador que nos ordene el juego, haga los cambios, corte las rachas del rival con tiempos muertos, etc… En esta ocasión un voluntarioso compañero ejerció abnegadamente ese papel, pero es complicado, especialmente si a la vez tomas el rol de jugador.
Mucho van a tener que cambiar las cosas para enderezar el rumbo, pero entre todos podemos conseguirlo, ya que hay buenos mimbres y con algo más de paciencia podernos llegar a ser un equipo, cosa que ahora solo lo parecemos (ver foto)
Los aspectos más evidentes de mejora pasan primero por ordenar nuestro ataque para no perder tantísimos balones (pases arriesgados, precipitados y también simples despistes), y en segundo lugar evitar irnos de los partidos a mitad de los terceros cuartos (41-33 en el minuto 7 del 3Q, luego, 31-8 en contra), cuando cada uno intenta ya hacer la guerra por su cuenta, con tiros demasiado precipitados que facilitan los contraataques del rival. Esto fue especialmente escandaloso en el último cuarto, donde en solo tres minutos (del 4′ al 7′) recibimos un parcial de 15-0 en contra.
Tampoco nos ayudó a la hora de enjugar la diferencia el mal porcentaje desde la línea de tiros libres que tuvo nuestro mejor hombre. Al más puro estilo “hack-a-shaq” se fue 11 veces a los 4,70 metros pudiendo anotar solo en tres ocasiones. Esto es anecdótico porque calidad tiene de sobra y es difícil que vuelva a tener el día tan negado. Además esto refleja la pobreza de nuestro juego, pues al no tener muchas más opciones lo buscamos desesperadamente y al saberlo, nuestro rivales lo sobremarcaban y ahí moríamos.
Nuestra defensa, en general, fue menos agresiva que la de los contrarios. Prueba de ello es que nadie hizo más de tres faltas (17 en total). Por contra, recibimos duros marcajes dentro de la zona, lo que incomodó muchísimo a nuestros hombres grandes. Otro tema a mejorar, subir la intensidad defensiva, o mejor dicho, no perderla en nuestras “desconexiones”, pues la cosa iba más por parciales que por mala actitud defensiva en general. En esta ocasión no recibimos muchos triples (3) las cosa iba más de recibir contraataques y liarnos en los cambios defensivos debajo del aro. Claro que esto es también mérito de rival, pues movieron bien el balón.
Así que concluyo diciendo que personalmente pienso que se nos ha encendido ya la luz roja de alarma. Hay peligro de desmoralizarnos y no cohesionar un grupo de gente nueva. Por delante tenemos de entrada dos partidos muy complicados, donde si repetimos el patrón nos llevaremos otras dos derrotas abultadas. En nuestra mano está que no suceda.